miércoles, 5 de octubre de 2011

¡Qué verde era mi valle de Orto-Balagán!

El valle de Orto-Balagán (долина Орто-Балаган) es tan verde como el de la oscarizada película de John Ford, aunque no tan tumultuoso, si bien cada verano se convierte en el hogar de un nutrido número de espeleólogos, que se suman a los pastores armenios que residen en cabañas dispersas en el paisaje (de hecho el topónimo “balagán” significa “cabaña de pastores”).

Y es que en el período estival el entorno de la sima Krúbera-Voronya se convierte en una suerte de hormiguero: en su superficie montamos nuestro campamento base, aproximadamente a unos 2.250 m s.n.m., mientras que en su subsuelo desarrollamos las exploraciones en la sima más profunda del mundo.


Se trata de un valle glaciar (observar el perfil en forma de “U”) excavado en roca caliza, lo que le aporta una peculiar morfología exokárstica, plagada de campos de dolinas. A buen seguro más de una de ellas guarda impresionantes sorpresas en forma de entrada a simas desconocidas hasta la fecha.


De las cavidades que se han explorado en las últimas décadas, hay que señalar, según se gana altura en el valle: Genrikhova Bezdna (п. Генрихова Бездна), Martelya, (п. Мартеля), Kujbyshеvskaya (п. Куйбышевская), Krúbera-Voronja (п. Крубера-Воронья) y Berchi'lskaya (п. Берчильская) (en la foto).


En la parte inferior del valle, justo al lado de la carretera de montaña, que es la única vía posible de comunicación entre las pequeñas aldeas que salpican este rincón del Cáucaso abjasio, tiene su humilde cabaña Iván, el pastor. Suyo es el ganado (vacas, caballos, cabras...) que se alimenta de los frescos pastos que rodean nuestro campamento base.



Los insectos son los representantes del reino animal más abundantes en el valle de Orto-Balagán. De vez en cuando, alguna mariposa alza su vuelo de entre las flores. Llama la atención el gran tamaño de alguna de las especies presentes, como de la apolo (Parnassius Apollo).


De la demás fauna que habita el valle apenas se puede citar la presencia de algunas aves, tales como la chova piquigualda y otros córvidos, que han dado nombre a la sima Krúbera-Voronya, ya que "voron" (ворон) significa "cuervo" en ruso, o el acentor alpino (Prunella collaris).


La vegetación del valle se caracteriza porque no existen árboles, que quedan relegados a los frondosos bosques que se encuentran a cotas inferiores y que es preciso atravesar para llegar hasta el valle de Orto-Balagán por la carretera antes mencionada. Así pues, la flora del lugar está compuesta por prados adornados por flores silvestres de infinidad de formas y colores, que van del blanco al naranja, pasando por el amarillo, el verde, el rosa o el violeta, así como de pequeños arbustos.


Sin duda alguna, la flor más característica del lugar es el serpol (чабрец), una variedad de tomillo que se utiliza para preparar infusiones. El intenso aroma que despide y su manera de presentarse en agregados de minúsculas florecillas rosas que brotan entre los resquicios de los lapiaces, lo hacen inconfundible.


Desde el campamento base se tiene una hermosa panorámica del Mar Negro, del que tan sólo le separan 14 km en línea recta (otra cosa es por el camino que hay que seguir...). Esta estratégica posición suele brindarnos cada día un magnífico espectáculo, el de la puesta de sol.


Por la noche se divisan las luces de la ciudad rusa de Sochi, que será sede de los próximos Juegos Olímpicos de invierno en 2014, y en los días claros se pueden distinguir algunos grandes edificios de esta urbe, que contrastan con nuestras modestas y coloridas tiendas de campaña.


En conclusión, el valle de Orto-Balagán es un emplazamiento ideal para pasar el verano alejados del mundanal ruido y, ¡cómo no!, haciendo espéleo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario